La otra tarde nos visito en las instalaciones de Sanganxa Valencia, Ángel Gil, presidente de Unión Musical de Godelleta para adquirir una boquilla y diversos accesorios para su clarinete contrabajo.
Fue para mi una experiencia probar este instrumento pues reconozco que nunca había tenido la oportunidad anteriormente de hacerlo. La verdad es que me vibraba desde las orejas hasta las uñas de los pies con esas frecuencias tan graves y ¡anda que si había que soplar…!
No es habitual ver en nuestras formaciones este instrumento. Su sonido es oscuro, amplio y como todos los clarinetes. Tiene una gran riqueza tímbrica y dinámica. Por su gran tamaño y fragilidad (y también por precio), sólo se emplea excepcionalmente en grandes orquestaciones y en algunas ocasiones como instrumentos de doblaje de los contrabajos o las tubas.
Se han construido clarinetes contrabajos en fa y mi bemol una octava más graves que el clarinete contralto y con su misma forma. Sin embargo, la afinación más común está en si bemol, es decir, una octava más grave que el clarinete bajo y con una longitud media de 269,25 cm. Por lo tanto se posiciona como el instrumento más grave dentro de la familia de clarinetes.
Este instrumento se diseñó a finales del siglo diecinueve entre Alemania y Francia. Posteriormente fue desarrollado por Leblanc (París), alrededor de 1950.
Ha sido usado por compositores tales como Antonin Dvorak en “El Demonio y Kate” (1899), Arnold Schoenberg en “Cinco Piezas para Orquesta” (1909) e Iannis Xenakis en “Polytope” (1967) entre otros.
Vamos a aprovechar este post para presentar al resto de sus familiares que actualmente están con vida. Como el protagonista es el más grave, iremos presentándolos de grave a agudo.
El siguiente sería el clarinete Bajo en si bemol. Tiene una longitud de 139.7 cms y está afinado una octava más baja que el soprano en si bemol (el más común). Cuenta con una llave pera el mi bemol grave que nos permite obtener la misma extensión que el clarinete en la. Algunos fabricantes construyen instrumentos hasta el do grave a través de unas llaves adicionales en la parte posterior del instrumento que se accionan con el pulgar de la mano derecha. Sus partituras suelen escribirse en clave de sol (sistema francés de escritura), es decir, una novena mayor más aguda del sonido real. También se escribe en clave de fa en cuarta línea (sistema alemán).
El siguiente por orden sería El corno di bassetto. Tiene una longitud media de 107.95 cm. Está afinado en fa, por tanto su sonido está una quinta justa debajo de la nota escrita. Su color único y sonoridad característica especialmente en su registro bajo cautivó a muchos compositores. Mozart fue quien más lo estimó y usó en sus composiciones como: El rapto del serrallo, la Flauta mágica, el requiem, la Clemencia de Tito, tres andantes para 3 clarinetes y 2 cornos di bassetto, o la serenata en si bemol para 13 instrumentos de viento. Entre las composiciones de Beethoven se destaca Prometeo y de Strauss, las óperas Electra y La mujer sin sombra.
Seguimos con el clarinete Alto o contralto, otro pariente que se deja ver poco. Su invención se atribuye a Ivan Müller.. El clarinete alto en mi bemol fabricado hoy en día mide 96.52 cm. Su sonido se produce una sexta mayor por debajo de la nota escrita. La sonoridad es muy bella, dulce, mórbida y produce un precioso efecto en los grupos orquestales. Son usados algunas veces en bandas y grupos de cámara.
El siguiente pariente es el Soprano en si bemol. Hoy en día es el clarinete más común Mide 66.67 cm. y su sonido real es una segunda mayor debajo de la nota escrita. Sus características tímbricas han seducido el oído de intérpretes y compositores.
Su hermano gemelo es el Soprano en la. Su sonido real está una tercera menor debajo de la nota escrita y mide 69.85 cm. Tiene una sonoridad más aterciopelada que el de si bemol. Recomiendo escuchar el concierto que escribió Mozart para este instrumento. Es precioso.
Y el pequeño de la familia el Sopranino en mi bemol. Más conocido como Requinto. Su longitud es de 48.36 cm y su sonido real es de una tercera menor arriba de la nota escrita. Su registro grave es más pobre en armónicos. Por la zona media y aguda tiene un sonido penetrante, un staccato incisivo, brillantez y agilidad. Refuerza la zona aguda de las maderas y los violines.
Por Miguel Ángel Soria
Especialista viento madera Sanganxa